lunes, 27 de abril de 2009

Criterios y juicios acerca de la utilización de simulación y modelización en la elaboración de materiales.


Pensar en el uso de simuladores en la enseñanza es reconocer, de alguna manera, la necesidad de actualizar las metodologías de enseñanza para abordar la disciplina y que pueda ser enseñada y aprendida de una mejor manera. La ventaja de la simulación respecto de modelos tradicionales es la posibilidad de manipular muchas más variables. En muchas de las ciencias experimentales la simulación ha sido un vía de realización de experimentación alternativa a la realidad, por ser de alto costo económico, pero en otros casos ha sido una apuesta a la buena enseñanza.

Es cierto, según comentarios de profesores en el área de las ciencias duras, que operar con simuladores supone contar con cierto conocimiento de la temática por parte de los alumnos y además, ser capaces de interpretar los resultados que se obtienen. La simulación es algo muy valioso si se la utiliza en un contexto en el que claramente se determinen cuáles son los objetivos, cómo es la metodología de trabajo y cómo se analizarán los resultados. Valga la descripción que realiza Pinto y la diferenciación entre simulador y simulación: “Una simulación no solo propone a los alumnos construir conocimiento acerca de complejas relaciones entre variables, sino hacerlo en el marco de un contexto que reproduce la complejidad en la que estas variables se manifiestan y sobre las que los alumnos deben intervenir. En el caso del simulador, lo que interesa es que los alumnos construyan modelos mentales de las relaciones entre variables, que manejen la complejidad de estos modelos independientemente de los contextos en los que puedan presentarse. Lo fundamental a la hora de pensar en simuladores y simulaciones para la enseñanza es reconocer cuáles son los propósitos pedagógicos que guían su inclusión en una propuesta de educativa.”

Por otra parte, el uso de simulación fomenta el aprendizaje de los alumnos por descubrimiento, es decir, ubica a los alumnos en un rol activo, permite que evalúen diferentes variables, que construyan hipótesis, que confronten opiniones y que investiguen diferentes modalidades para llegar a resultados concretos.

Será también una actividad interesante no sólo que los alumnos utilicen los modelos, sino que docentes junto con sus estudiantes diseñen procesos de modelización matemática de cierta situación de la realidad, graduando el nivel de complejidad de acuerdo al nivel educativo. Dicha estrategia permitirá una reflexión aún mayor del conocimiento matemático. El aprendizaje por descubrimiento no suele ser aquel que abunda en el aula sino aquel que es presentado.

Webgrafía:

Maggio, M. El uso de simuladores en las prácticas de la enseñanza en la universidad. http://asesoriapedagogica.ffyb.uba.ar/?q=el-uso-de-simuladores-en-las-pr-cticas-de-la-ense-anza-en-la-universidad
Pinto, L. Tecnología e innovación pedagógica en el nivel superior. http://asesoriapedagogica.ffyb.uba.ar/?q=tecnolog-e-innovaci-n-pedag-gica-en-el-nivel-superior

No hay comentarios:

Publicar un comentario